En las sesiones de valoración inicial de nuestros pacientes a menudo nos preguntan resultados son las técnicas actuales de tratamiento, resultados son los ejercicios novedosos y sobre todo en qué basamos nuestro abordaje. Las respuestas a estas preguntas siempre van dirigidas al mismo punto: nuestro abordaje se basa en estudio y en práctica clínica basada en evidencia. Algunas de las guías con más respaldo incluyen las de la National Comprehensive Cancer Network para sobrevivientes de Cáncer, las guías de la American Cancer Society para cáncer de cabeza y cuello y sus referencias específicas para discapacidad física y cognitiva y el abordaje terapéutico pertinente.
Particularmente vamos a comentar sobre las guías de Oncology EDGE Taskforce, las mismas revisan la evidencia actual sobre los distintos tipos de cáncer y el nivel de evidencia (respaldo) que tiene uno u otro abordaje terapéutico, guías estás se publican en coordinación con la sección de Oncología de APTA Asociación Americana de Fisioterapia. Por ejemplo, veamos dos de las áreas más frecuentes en nuestra consulta:
⦁ Cáncer de mama: para cáncer de mama, nos recomiendan valorar balance, calidad de vida, respuesta cardio respiratoria, neuropatías periféricas inducidas por quimioterapia, movilidad funcional, linfedema secundario, fatiga relacionada al cáncer, dolor, fuerza y resistencia muscular y, funcionalidad de la extremidad superior.
⦁ Cáncer de cabeza y cuello: a este nivel la recomendación es valorar disfunción en cuello, hombro y articulación temporomandibular, así como el linfedema externo.
Cuando decimos que brindamos acompañamiento a nuestros pacientes, nos referimos a un abordaje global de cada uno de estos aspectos y muchos más, como consultas interdisciplinarias con especialistas en oncología. El manejo terapéutico que se les da a los pacientes en nuestra práctica clínica es amplio, pero sobre todo individualizado, con el fin de identificar cada uno de los compromisos y secuelas que presentan.